Qué papel juega el pedagogo en los movimientos sociales y en el asociacionismo? Estudio As. 24 de diciembre Valladolid




Papel del pedagogo social

Asociación Vecinal "24 de Diciembre"

Barrio Belén

 

Introducción

Esta Asociación me llegó al corazón por varias razones pero una de las primeras fue un comentario casual hecho por un vecino de la asociación. Trataba sobre la experiencia reciente de haber contratado a un pedagogo para recibir ciertas orientaciones en la asociación, y el comentario fue que al final del proceso, la sensación era que no había cambiado nada, casi parecía como si no hubiese venido nadie.

Este comentario hecho desde la ironía y de manera muy transparente, siguió dando vueltas en mi cabeza. En un primer lugar pensé en la habilidad del pedagogo, capaz de producir cambios sin que a priori esos cambios hayan causado grandes trastornos. Más adelante pensé si no causar trastornos implicaba a su vez, no forzar procesos de cambio a veces muy necesarios. Y también reflexioné sobre la importancia de aclarar las expectativas antes de cualquier proceso. Pero en definitiva, lo que más llamó mi atención es una intuición acerca de los mecanismos que a veces se utilizan desde la pedagogía.

Como maestra, he oído muchas veces la queja y la crítica de los maestros hacia esta ciencia, se la acusa de ver la realidad desde una posición demasiado segura y cómoda, de falta de contacto con lo que pasa en el aula, de ignorar y, no inocentemente, el día a día, lo duro, lo difícil. Esta experiencia anterior, unida al comentario del vecino, unida a mi buena experiencia como estudiante de esta carrera que me fascina, me lleva por un lado a intentar darme una explicación para entender posibles porqués y por otro a contrastar el funcionamiento de esta asociación en su búsqueda de recursos "sin pedagogo" y ver cómo lo han conseguido.

Así como la ciencia política tiene una vertiente positiva y una vertiente normativa, la pedagogía también puede ver estos dos aspectos en conflicto. Si nos acercamos a un centro desde la entelequia de la normatividad, es muy posible que el choque con la realidad sea doloroso. En cambio, observar la realidad desde el compromiso social, con la intención de favorecer y alentar el progreso y el cambio social con confianza en la capacidad de las personas para administrar su propio proceso de aprendizaje, nos permita ser capaces de gestionar un verdadero proceso educativo y cívico para la comunidad. 

Quizás descubramos también que los medios materiales se nos quedan cortos mucho antes de lo esperado, y quizás descubramos también que los ingentes recursos pedagógicos no bastan por si solos, sino que es esencial contar con la voluntad política y la conciencia social. Quizás la pedagogía no dejará de servir de mero parche de una realidad que hace agua por todos lados, sin el apoyo de los movimientos sociales. Este debate tan importante, me lleva a la verdadera pregunta que es: ¿Qué papel juega el pedagogo en los movimientos sociales y en el asociacionismo? ¿Se puede pretender intervenir en la realidad social y educativa de una sociedad sin conocer estos mecanismos ciudadanos de base?

El papel protagonista que juega la Pedagogía en una A.A.V.V las da Cañellas, A. J. C. (1988). "Creo que por primera vez, se describe en el ámbito de la Pedagogía social una estructura formativa de tipo informal; hasta ahora, y entre nosotros, la Pedagogía Social se instalaba en situaciones educativas bien formales (Pedagogía Social en las escuelas), o absolutamente no formales, (Pedagogía Social fuera de la escuela pero a partir de procesos de formación no profesionalizados, y, en consecuencia, perfectamente delineados). No obstante descubrimos ahora la posibilidad de la intervención socio-educativa fuera del ámbito escolar y sin estrategias definidas, y por tanto, sin conformar profesionalidad pedagógica aunque, desde la perspectiva teórica, la Pedagogía Social, al igual que la Pedagogía General o la Teoría de la Educación, no pueden renunciar al estudio de esta interesante parcela que por su carácter socio-educativo entra de lleno dentro de su ámbito de estudio."1

A pesar de que entrar en este profundo debate no es el motivo principal del siguiente trabajo, sí me gustaría remarcar algunos aspectos del artículo de Cañellas ya que su análisis fue una guía para comprender el papel que juega la pedagogía en una A.A.V.V. Me basaré en su análisis para encontrar correlaciones con mi experiencia práctica, y entre otras ideas del autor, espero constatar que las A.A.V.V. tienen criterios y objetivos de formación propios y que al mismo tiempo esta labor se relaciona con la labor del pedagogo social.

Es muy interesante descubrir el papel que han jugado las A.A.V.V en el pasado y los movimientos sociales más en la actualidad. Si nos permitimos ampliar nuestra mirada hacia movimientos en apariencia muy distintos, pero que conservan la esencia del movimiento desde abajo, vemos que las similitudes son asombrosas. En Zibechi, R. (2005) Al hablar de los movimientos sociales latinoamericanos, concretamente el movimiento Aymara Bolivariano plantea “Los movimientos están tomando la educación en sus manos, como parte de la lucha por crear un mundo diferente, con lo que ganan en autonomía frente a los estados y en capacidad crítica frente a los intelectuales y al saber académico".2 De esta manera, el movimiento asociativo excede el experimento pedagógico y se convierte en motor del cambio social. 

Al mismo tiempo observamos como los objetivos de las A.A.V.V. y el movimiento de los sin tierra, como movimiento social urbano en un caso, rural en el otro y con toda una gran serie de diferencias sociológicas y políticas que lo separan, no dejan de tener unas similitudes educativas que bien podían mudar del uno al otro lado, de uno a otro confín del planeta.

Continúa Zibechi,R: "Las escuelas del MST se rigen por dos principios básicos: desarrollar la conciencia crítica del alumno con contenidos que lleven a la reflexión y adquisición de una visión del mundo amplia y diferenciada del discurso oficial, y la transmisión de la historia y el significado de la lucha por la tierra y la reforma agraria, de la que resultó el asentamiento”.

El objetivo principal de transformar la realidad, viene implícito con el mismo movimiento, el caso es entender que el principio pedagógico que revoluciona la visión clásica de la pedagogía, que la encierra en lo formal y estructurado del Estado, es que el propio movimiento social es sujeto educativo, por lo que los espacios, las relaciones, reflexiones... tienen intencionalidad pedagógica.
Como dice Zibechi: "Considerar al movimiento social como principio educativo supone desbordar el rol tradicional de la escuela y del docente: deja de haber un espacio especializado en la educación y una persona encargada de la misma; todos los espacios y todas las acciones, y todas las personas, son espacio-tiempos y sujetos pedagógicos. (...) “Transformarse transformando” es el principio pedagógico que guía al movimiento. "


Cuando empieza todo

A día de hoy, cuando uno recorre el barrio Belén, puede seguir descubriendo la historia escondida entre las fachadas reconstruidas, recuperadas y modernizadas por las siguientes generaciones de ocupantes. El barrio Belén surge en los años 50, últimos años de la postguerra, con el asentamiento ilegal de una corriente de trabajadores que abandonan el campo, para acceder a los puestos de trabajo que ofrecían las primeras fábricas en la ciudad de Valladolid.

Estas primeras familias de origen humilde, pero con intención de prosperar, fueron construyendo con sus propias manos, casas de estilo molinero. "Ellos mismos se autorregulan, se alinean, se ordenan. Incluso los propios vecinos se auto legalizan, pagando religiosamente una multa a plazos para regularizar finalmente la situación ilegal; y lo hacen en una entente cordiale con la policía y el ayuntamiento que no puede hacer otra cosa que transigir y entrar en complicidad con los vecinos"3 explica en el prólogo del libro Anta, J., et al. (2010) el historiador Pedro Carassa Soto de la Universidad de Valladolid. Esta "autorregulación", no sólo consistió en legalizar sus viviendas, sino también gracias a la unión de los vecinos, fueron llegando el agua, la luz, el autobús, la escuela, el alcantarillado.

La asociación de vecinos “24 de diciembre” del barrio Belén nace en el año 1968. Durante la dictadura franquista se organizan las primeras asociaciones de vecinos acogiéndose a la “Ley de Asociaciones de Cabezas de Familia de 1964”. Se organizaron en un principio con el objetivo de defender un espacio libre de violencia y extraer poco a poco a la autoridad vigente, los servicios más básicos para el barrio como: el agua, la luz, el alcantarillado, el asfaltado, el autobús, la escuela...

Con el inicio de la democracia, y una vez el barrio se urbaniza, los objetivos y las maneras de la asociación cambian. La Ley Orgánica 1/2002, de 22 de marzo, reguladora del Derecho de Asociación elimina algunas restricciones que existían durante la dictadura, permitiendo el desarrollo del artículo 22 de la Constitución Española que defiende el derecho de asociación. La conexión inicial con la parroquia de Belén se rompe y se inicia un camino en solitario con objetivos muy diversos: desde la lucha por un urbanismo racional y no especulativo, la promoción de la convivencia y la buena vecindad, la defensa de los valores democráticos, hasta el fomento de la participación y la solidaridad. 

La asociación vive íntimamente relacionada con los movimientos históricos de la ciudad de Valladolid cuatro etapas muy diferenciadas, vamos a estudiarlas en su contexto.

La primera etapa


En 1970 el barrio contaba con unas 260 personas y ninguna infraestructura. Hay quien cuenta que el nombre de Belén proviene del comentario de un acompañante del alcalde, que al ver la cantidad de barro que se juntaba en las calles dijo: "Construir aquí será un belén". El 3 de noviembre de 1970, a instancias de sacerdotes Jesuitas de la parroquia de la Pilarica, se crea una Comisión de Vecinos donde se escogen 20 voluntarios encargados de gestionar las peticiones de los vecinos relacionadas con las necesidades del barrio. Esta reunión estará dirigida por Manuel González -el cura Manolo- que años más tarde se convertirá en teniente de alcalde de la ciudad.

Este Jesuita fue muy importante en los inicios de la asociación: animó a los vecinos en su creación, su compromiso era enorme (llego a ser su secretario), acompañaba a los vecinos durante la visita del alcalde y facilitaba el enlace telefónico entre el ayuntamiento y la asociación. El día 10 de octubre de 1971 el Boletín Oficial del Movimiento publicó la aprobación de los “Estatutos de la Asociación de Cabezas de Familias del Barrio Belén” –convirtiéndose en la segunda asociación registrada legalmente en Valladolid, después de la de Rondilla, cuyos estatutos fueron la base desde donde Belén creó los suyos– Así fijó su domicilio en la calle del Villancico Nº 32 y se inscriben en el Registro de Asociaciones del Movimiento.

Amparados en las leyes del tardofranquismo los vecinos podían reunirse, de otra manera este derecho estaba prohibido. El primer local de la asociación, alquilado y acondicionado por los vecinos, se abría al público los lunes por la tarde y algunos domingos por la mañana. Casi todos los vecinos estaban asociados y pagaban 3 duros al mes. Todos los gastos recaían en estas cuotas de socios ya que no había subvenciones municipales. En el momento de la legalización, la asociación cuenta con 203 socios.

El abastecimiento de agua potable fue una de las necesidades más acuciantes. Los únicos medios al alcance eran los propios pozos, una fuente pública de hierro en la avenida del Valle del Esgueva (que aún está) y una arqueta muy precaria. Tuvieron que esperar hasta el Pleno del Ayuntamiento celebrado el 31 de mayo de 1971 para que se aprobara (por unanimidad) el “Proyecto de obras de alcantarillado y abastecimiento de agua potable en el Barrio de Belén". Para presionar la ejecución de las obras, los vecinos amenazaron con boicotear el programa de la Feria y Fiestas de San Mateo.

Recogiendo la vivencia de los vecinos que cuentan: “Estuvimos hablando con el alcalde, Antolín de Santiago y Juárez- relata Jesús Alejandro Sánchez, que entonces era el presidente de la asociación de vecinos- y se interesó por el barrio. Nos mandó un grupo de obreros del paro que se conocía popularmente como “la décima”. Se trataba de personas mayores que trabajaban a pico y pala. Pero se vino el invierno encima, y después de hablar con el alcalde decidimos contratar una excavadora a Zarzuela por mediación del Ayuntamiento, que pagamos entre los vecinos, hasta que agotamos el dinero que había en caja. Entonces fuimos al Ayuntamiento a decir que se nos había acabado el dinero... y ¿ahora qué pasa? Y nos dijeron que no nos preocupáramos, que seguirían ellos. Y continuaron con toda la obra hasta que se terminó por meter el agua y hacer el alcantarillado”4

Estas primeras reivindicaciones relacionadas con los servicios básicos para el barrio, pronto se vieron superadas por otras de carácter más político y social. Un par de ejemplos de denuncias y reclamaciones a las que se unieron varias asociaciones y entidades fueron: la primera en 1973 con la protesta contra la prueba de selectividad por los problemas que podría suponer de impedir a muchos jóvenes de familias trabajadoras el acceso a la universidad. Y la segunda, dos años después con la firma del manifiesto (junto a partidos políticos, sindicatos y otras entidades) exigiendo la readmisión de trabajadores y sindicalistas que habían sido sancionados o despedidos de grandes empresas.

Antes de que se instalaran las primeras escuelas regladas, en 1976 la asociación de vecinos promovió un parvulario que ubicaron en los bajos de un edificio. Los vecinos pagaban el local y el Ministerio de Educación contrató a una maestra para que dieras las clases. Este espacio se aprovechó también para hacer muchas otras actividades: Teatro, escuela de padres, escuela para adultos y los domingos... misa.

El 7 de enero de 1973 se inauguró el Aula de Cultura. Cuentan que continuamente había gente en el local, su uso era muy intenso y a lo largo de la semana podían pasaban por él unas 300 personas, incluidos los cursos de Educación para Personas Adultas (EPA). Este centro se convirtió en la nueva sede de la asociación de vecinos. Aunque también se reunían y organizaban actividades otros colectivos del barrio. Una intensa actividad para los escasos 77,5 m2 que tenía el local. Donde se incluyó una biblioteca y también se habilitó una pequeña barra de bar que se sacó a concurso público para generar ingresos para la asociación, de hecho aportaba a la asociación unas 4000 pts al mes.
Como se puede comprobar, por si solos los vecinos fueron capaces de detectar las necesidades, organizarse, acordar un plan de acción y valorar la experiencia de manera positiva

La segunda etapa


Se inicia en 1977 con la Democracia. Cambian los estatutos y la asociación pasa a llamarse “Asociación de vecinos 24 de diciembre”. Esta nueva etapa está muy relacionada con la construcción de la parroquia de nuestra señora de Belén donde los vecinos y los jesuitas trabajaron codo con codo para su construcción. 

El aula de cultura continuaba con su actividad e iniciativas al margen de ideologías y creencias políticas y la conexión con la Parroquia generaba una gran unidad entre los vecinos que tenían el objetivo común de crear un barrio mejor. En aquellas estrechas instalaciones, además del uso como biblioteca, se organizaron un gran número de actividades estables que incluyó, a partir de febrero de 1982 el Servicio de Información y Orientación del Centro de Acción Social.

En 1979 la Asociación solicita a la dirección del colegio Jacinto Benabente, que empieza a dar clases en el curso 1970-1971, y a la Delegación Provincial del Ministerio de Educación permiso para el uso de las instalaciones del colegio para llevar a cabo actividades del barrio. Lo cual se denegó. Es conveniente remarcar en este momento, la importancia que supuso para el barrio la llegada del colegio, no solo significaba reconocimiento sino también se convertía en parte de su identidad y se veía como una oportunidad de tener instalaciones adecuadas para desarrollar actividades. Infiriendo las buenas razones que seguramente se podrían emplear para defender una decisión como esta por parte de la institución escolar, resulta evidente su desconexión con las necesidades del barrio al denegar esta petición de los padres del AMPA que formaban parte de la Asociación de vecinos.

En 1979 el aula de cultura decide prescindir del bar ya que se veía como una interferencia para la realización de algunas actividades de la Asociación. Se cree que la pérdida de ingresos compensaba con el hecho de tener más espacio y disfrutar de más comodidad.

A principios de los años 80, la Asociación promueve la creación de una asociación juvenil que se llamó "La Zarza". Fue una época de mucha riqueza asociativa y dieron paso a la organización de multitud de actividades: Grupo de Coros y Danzas Barrio Belén, el grupo de Jotas. Un par de años más tarde, se formaron otros dos grupos juveniles: “La Tapia” y los "Jóvenes Remojones de la Esgueva". El grupo "La Tapia" duró hasta el año 1985, pero en su corto recorrido hizo una gran aportación sociocultural en el barrio, acompañando la creación de los "Jóvenes remojones del Esgueva" y revitalizando las fiestas de carnaval con montajes muy trabajados.

La tercera etapa


Comienza en 1985 cuando se rompe la conexión entre la asociación y la parroquia y se inicia la andadura en solitario. El conflicto comenzó cuando desde la parroquia se sintieron molestos por algunas obras de teatro que organizaron los jóvenes de la Asociación e intentaron impedir que volvieran a actuar en ese espacio. Alegando que era un espacio parroquial y que por lo tanto había ciertas cosas que no se podían permitir, pidieron a los jóvenes que antes de actuar solicitaran el consentimiento de las autoridades de la parroquia. Esta petición se recibió como un intento de coartar la libertad de expresión. No hubo entendimiento y el presidente de la asociación llegó a quejarse por escrito al alcalde acerca de la "imposición moral" que se quería aplicar.

El tema del uso de los espacios representaba un grave conflicto por dos motivos, en primer lugar porque la asociación no tenía el suficiente espacio para atender la gran demanda de actividades a la que hacia frente y en segundo lugar está el hecho que hace particular a esta parroquia la cual, al haber sido construida con el dinero y el esfuerzo de muchos vecinos, se consideraba un espacio de todos. Por lo tanto, no es de extrañar que se esperara que las normas de uso fueran consensuadas entre los vecinos de la Asociación y las autoridades de la parroquia. Por otro lado la parroquia no dispuso de local propio hasta 1983 por lo que se puede comprender la necesidad de un espacio propio donde imperaran las reglas de la congregación y que también admitía a vecinos de otros barrios, que quizás no entendían del todo el punto de vista de la Asociación de Belén. Finalmente hubo una fuerte crisis que llevó al párroco Miguel Ángel Baz a dimitir de la Junta Directiva de la asociación de vecinos.

Fueron años difíciles para la asociación y sólo la voluntad y tenacidad de unos pocos vecinos la consiguió mantener en pie.

Cuarta etapa.


Comienza en 1990 con la creación de un CEAS en el barrio, se da un nuevo gran impulso a la asociación gracias a la figura de un animador socio-cultural. En un primer momento, el CEAS se instala en la cede de la Asociación. A pesar de que el Barrio Belén no presenta graves carencias de tipo social fue el primer barrio en beneficiarse de este tipo de servicios derivados de la Ley de Acción Social y Servicios Sociales de 1988. Desde ese pequeño espacio del Aula de Cultura el CEAS organiza un programa de animación y educación infantil y juvenil y organiza excursiones por muchas zonas de España. Tres años más tarde el CEAS se traslada a otra cede, en la plaza de las nieves, que es donde permanece en la actualidad.

Unidos a la vida en democracia y habiéndose roto la profunda convivencia con la parroquia, la asociación busca un local diferenciado y la junta directiva acaba estando totalmente en mano de los vecinos. Basta mirar la actividad del aula en este periodo para comprender la cantidad de movimiento que tuvo que gestionar: grupo de coros y danzas, teatro infantil, cuentacuentos, escuela de dulzaina, diversos talleres de manualidades, de pintura, corte y confección, máquina de escribir, Educación de Personas Adultas, biblioteca y punto de préstamo, Unión Deportiva Belén, lugar de reunión de la asociación de vecinos, despacho de la asistente social.

Sin dejar a un lado la importante función lúdica, educativa y cultural, su función reivindicativa, de conseguir mejorar los servicios del barrio seguía en pleno funcionamiento. En 1991 los vecinos se reunieron para decidir si traer o no el servicio de gas. Por razones de coste de instalación y porque eran pocos vecinos los proyectos de las compañías suministradoras no entraban en barrios como Belén. Se organiza por este motivo, una asamblea y se resuelve generar una encuesta donde cada familia responderá a si haría uso de gas o no y, en otra encuesta más adelante, qué usos le daría (cocina, calefacción, agua caliente). Unos 174 vecinos contestaron a esta encuesta en sentido afirmativo y se empezaron a hacer las gestiones con las compañías suministradoras. Este proyecto requirió la máxima colaboración ciudadana y para hacerse cargo de los gastos de instalación, se creó también una cuenta bancaria común gestionada por 5 vecinos. A mediados de 1994 llegaba el gas a Belén.

El Plan Especial de Reforma Interior (PERI) alertó del envejecimiento que estaba sufriendo la población del barrio. Esta situación se debía a que las parejas jóvenes no se podían asentar en el barrio por carecer de viviendas o terreno urbanizado y adecuado para la construcción de nuevas viviendas. Esta situación generó una disminución de población, si en 1979 se había llegado a alcanzar el número de 1.527 en 1986 su población descendió a 1.191 habitantes. Habrá que esperar a los años 90 para que se inicie una lenta aunque continua recuperación: en 1999 la población alcanzaba los 1.571 habitantes, y en 2009 llega a 2.022. Este aumento se debe a las promociones de viviendas de las calles de los rectores, las viviendas de la plaza de las Nieves y los bloques de viviendas en torno a la Campa.

Durante esta etapa se incorpora mucha gente nueva. El Plan Especial de Reforma Interior (PERI) alertó del envejecimiento que estaba sufriendo la población del barrio. Esta situación se debía a que las parejas jóvenes no se podían asentar en el barrio por carecer de viviendas o terreno urbanizado y adecuado para la construcción de nuevas viviendas. Esta situación generó una disminución de población, si en 1979 se había llegado a alcanzar el número de 1.527 en 1986 su población descendió a 1.191 habitantes. Habrá que esperar a los años 90 para que se inicie una lenta aunque continua recuperación: en 1999 la población alcanzaba los 1.571 habitantes, y en 2009 llega a 2.022. Este aumento se debe a las promociones de viviendas de las calles de los rectores, las viviendas de la plaza de las Nieves y los bloques de viviendas en torno a la Campa.

En un principio, la llegada de un elevado número de viviendas sociales se recibió con los consabidos prejuicios. La construcción del edificio de la Plaza de las Nieves representaba por primera vez la llegada masiva de un gran contingente de personas y familias, algunas precedidas de cierta fama de conflictividad. El conflicto aumentó cuando algunos temores se vieron confirmados. Para la Asociación de vecinos, el reto era absorber tal cantidad de personas, y para conseguir ese objetivo, propuso un proyecto de acogida, que incluía el seguimiento de todo el proceso de integración de los nuevos vecinos. Aquello se convirtió en una fiesta de bienvenida, pero también en la creación de un convenio entre la Asociación de vecinos y el ayuntamiento que incluía la reducción a dos familias realojadas y las tres viviendas restantes se reservasen para familias necesitadas del barrio, aumento en un trabajador más del CEAS. Una de las consecuencias del acuerdo fue en enero de 2003 un proyecto de “Intervención comunitaria con niños y jóvenes en el Barrio Belén”, también conocido como “Belén Joven”. También se acordó una “mesa por la convivencia” para erradicar el alto grado de conflictividad en esta zona.

Actualidad.

A pesar de ser un grupo de vecinos que pueden tener en común poco más que el barrio donde viven, la gran experiencia que han ido atesorando a lo largo de estos 46 años ha sido la de la búsqueda constante de estar a gusto, de estar en un espacio creativo, respetuoso y abierto. Para que esto hoy sea una realidad que sigue creciendo descaradamente ha hecho falta la creación de unos valores comunes, que según ellos "han ido saliendo solos", una capacidad de ver las necesidades y ofrecer soluciones, por supuesto una gran capacidad de motivarse y comprometerse y hacer un trabajo comprendiendo la importancia de la aportación personal en un trabajo en equipo.
Se coordinan una serie de actividades fijas y proyectos, cada uno de los cuales, se gestiona de manera autónoma: cuotas socios, subvenciones, aportación personal a la actividad.
  • "Belen Joven": que pretende dar respuesta a las necesidades de las propias familias del barrio, y de sus alrededores y que se desarrolla con la implicación de los propios padres y madres y otros miembros voluntarios de la asociación.
  • El "Grupo Mujer" que nace en 1994. Es un grupo de mujeres, sin limite de edad ni otra condición que se encuentran los martes de 18:15 a 20:00h en el local de la Asociación.
  • El proyecto "Manubre", que es un grupo de personas jubiladas y que conocen de primera mano temas de construcción, de esta manera se dedican a recorrer el barrio y descubrir nuevas necesidades, como pueden ser de accesibilidad, de alumbrado, o zonas que no están en buenas condiciones y no se quedan simplemente en señalar la deficiencia sino que proyectan un estudio con posibles soluciones que presentan al ayuntamiento.
La A.A.V.V. “24 de Diciembre” actúa en red, con una política de aprovechamiento de los recursos del barrio, con una actitud de total solidaridad y abertura hacia las necesidades de otras asociaciones, de manera que comparte toda una serie de servicios con otras asociaciones, entidades... que operan en el barrio. La relación con el CEAS es especialmente productiva ya que aporta tanto apoyo a la financiación de proyectos, como espacios para la realización de actividades.
Debido al elevado número de participantes y la estrechez de los locales han optado por utilizar dos horarios y solicitar otros espacios, como son el CEAS Belén-Pilarica y la JOCE, que es una asociación juvenil. En la actualidad es un barrio más de Valladolid ciudad con 20.000 habitantes y con los servicios propios de una zona urbana. Su zona de influencia prioritaria son los barrios de Belén y Pilarica, aunque reciben vecinos de todo Valladolid.
Las reivindicaciones de los últimos tiempos siguieron varios ejes: Se realizó buena parte del Plan del PERI que desde el año 1984 está urbanizando el barrio y llenando espacios baldíos como el de "La Campa". Se ha urbanizado por completo la calle de los Reyes magos y los márgenes del río Esgueva se han transformado por completo, convirtiéndose en uno de los paseos más bonitos de Valladolid. Se dispone de locales sociales más acordes para la prestación de servicios públicos como el CEAS, la Biblioteca y el Hogar de Personas Mayores. En definitiva, el barrio Belén se ha visto transformado por una enorme capacidad de unión y de reivindicación de los vecinos.
Rafael Valdivieso, miembro de la asociación desde hace muchos años y quien tuvo la amabilidad de contarme esta historia y de dejar que la grave, así como de acompañarme por las calles del barrio, descubriendo los recuerdos detrás de cada plaza, cada esquina... nos cuenta: "La asociación ha generado una clara mejora en nuestras condiciones de vida: la instalación del gas natural, la urbanización de las márgenes del Esgueva, la lucha continua por un urbanismo racional y no especulativo, la promoción permanente de la convivencia y la buena vecindad, la defensa de los valores democráticos, el fomento de la participación y la solidaridad"

A pesar de que la Asociación de Vecinos "24 de diciembre" es un verdadero referente de vitalidad. Comprender el momento actual, el marco donde coexiste con otro tipo de movimientos, es esencial para comprender el lugar que ocupan hoy en día las A.A.V.V. Desde la (Federación regional de asociaciones de vecinos)5FRAVM, se elaboró un plan estratégico entre los años 2009-2012 desde donde se genera un debate acerca de las fortalezas y debilidades actuales del movimiento vecinal con el objetivo de resolver la manera coordinada los problemas que van surgiendo.
El movimiento vecinal queda así definido por la FRAVM: es un "conjunto de acciones que llevan a cabo los vecinos sobre los procesos clave de la ciudad (transporte, vivienda, equipamientos, servicios) para promover y defender sus reivindicaciones y derechos frente a los intereses del capital y frente a las administraciones públicas"6 Los logros de estas asociaciones se plasman a corto, medio y largo plazo: el aumento de la democracia política y económica, el freno a las dinámicas especulativas en beneficio de un desarrollo urbano mas sustentable y cualitativo, y en tercer lugar crear un tejido social organizado y redes sociales de solidaridad y convivencia. En estos momentos, esta definición ha dejado de reflejar la realidad de lo que hoy son las asociaciones de vecinos, pero sí expresan el deseo de aferrarse a lo que fue y al descubrimiento de la situación actual, así como la necesidad de revitalizar las asociaciones.
Algunos de los aspectos que desde la FRAVM detectan como posible causa de este retroceso son el cierre de muchas asociaciones históricas, la elevada edad media de las personas que forman parte de las juntas directivas de las A.A.V.V., Disminución del número de socios y de las personas que forman parte de las actividades, alejamiento de la juventud del movimiento vecinal, poca capacidad de las asociaciones para organizar y movilizar a los vecinos.
Las causas posibles de esta situación se explican por una "Muerte de éxito" que sigue a la conquista de las reivindicaciones. A medida que se han ido resolviendo las reivindicaciones, las causas que unían a los vecinos en una lucha común, van dejando de existir y no se sustituyen por nuevos motivos. Al mismo tiempo el Estado del bienestar ha mejorado la situación económica y social de los vecinos por lo que disminuyen los problemas sociales más acuciantes. Desde la FRAVM se niegan a "echar la culpa" a los vecinos que no participan en las asociaciones y sí, en cambio, hacen un esfuerzo de autocrítica al analizar que una posible falta de sintonía entre el discurso de las asociaciones vecinales y necesidades o expectativas de la ciudadanía puede ser la causante de esta separación.
Se tiene que tener muy en cuenta además, que muchos dirigentes del movimiento vecinal, con la llegada de la democracia abandonan el movimiento vecinal, hacia los partidos políticos. Sin ir más lejos el último presidente de la FRAVM desde 2007, Ignacio Murgui Parra, deja la presidencia de la Federación ocho años después, para convertirse en el número dos en el último Ayuntamiento de Madrid7. Con lo que se puede comprobar que es una situación de muchísima actualidad.
En otro orden de cosas, la falta de recursos materiales y profesionales. La dependencia de las subvenciones de las administraciones, las sitúa en una posición vulnerable. Por un lado porque se delega en las administraciones la resolución de gran parte de los problemas que afectan a los vecinos y por otro porque, al depender económicamente, las asociaciones pueden adquirir un papel más obediente, resignado o directamente sumiso a la administración, desequilibrando el binomio "presión-negociación" hacia el lado de la negociación y en detrimento de la movilización de la base social.
Otro tipo de causas externas a la asociación se pueden explicar debido al poco tiempo libre de la población que implica la retirada de la vida asociativa. La difícil conciliación laboral y familiar obliga a abandonar todas aquellas actividades que, fuera del ámbito laboral, requieran tiempo de dedicación a parte de la familia. Al mismo tiempo las prácticas y actitudes individualistas en la población donde, como se explicaba anteriormente, se delega en la democracia y en la administración genera un alejamiento de las responsabilidades sociales y una creciente insolidaridad en las relaciones sociales. Esta falta de solidaridad o de hacer causa común de problemas sociales favorece el aburguesamiento de los vecinos, donde el consumismo se convierte en el motivo de toda acción y motivación. A todas estas causas se unen al envejecimiento de la población.
Desde esta visión crítica, las asociaciones de vecinos se quejan de la poca cobertura que tienen en los medios de comunicación, que se llenan de contenidos circenses y provocativos que dan vueltas a los mismos temas sin aportar soluciones. Al mismo tiempo, los recursos propios (boletines, radios libres, fanzines...) cuentan con poco público y pocos medios, mientras las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías no están siendo del todo bien utilizadas por las A.A.V.V. si bien otro tipo de movimiento social, con población más joven, ha abierto la veda a la multitud de posibilidades de difusión de denuncias que esta puede aportar.
Una vez descritos las dificultades por las que atraviesa la situación de las A.A.V.V. en estos momentos, debemos detenernos un momento en describir sus fortalezas. Las A.A.V.V. llevas 40 años organizando el movimiento vecinal y esto solo es posible gracias a la intervención, convencimiento y lucha de muchos vecinos. 40 años más tarde las A.A.V.V se han ganado ser el referente de resolución de una gran cantidad de situaciones que afectan a los barrios. Sin duda las organizaciones sociales, administraciones públicas y grupos políticos tienen que contar con la experiencia y tradición que han construido estas asociaciones.
La situación política actual, donde las viejas políticas de la democracia han tocado fondo, abre el camino a la revitalización de este tipo de asociaciones que representan una alternativa honesta y tangible frente a la corrupción, la meritocracia y la falta de alternativas creíbles y útiles para la mayor parte de la población.
Así lo ven también los miembros de la FRAVM "La pujanza del ecologismo, el resurgir de nuevos movimientos sociales como la economía social y solidaria, la aparición de nuevos temas reivindicativos como el derecho a una muerte digna en el caso de las enfermedades terminales o la oposición a los alimentos transgénicos son, asimismo, oportunidades para la revitalización del movimiento vecinal en tanto nos permite remozar el programa de medidas que defendemos y el mensaje que dirigimos a nuestra base social y, por otra parte, en cuanto que facilita un mayor y mejor acercamiento a aquellos segmentos de esa base social que, en la actualidad, no responden o incluso nos son refractarios, tales como la juventud o la población extranjera."
Sin duda estamos en un momento de crisis económica, donde el neoliberalismo y la globalización han creado una situación de estancamiento económico que a su vez hace peligrar la viabilidad política del sistema. En palabras de Navarro, V. (2016) "Las políticas neoliberales impuestas a la población desde los años ochenta, está creando un grave problema político para el sistema capitalista, pues tal explotación puede generar una respuesta de protesta que puede amenazar la propia viabilidad del sistema" 8
Estas políticas, de sobreexplotación de la población y acumulación del capital en manos del 1% de la población, han infectado todos los aspectos vitales de la sociedad actual, por lo que los frentes abiertos son múltiples: vivienda digna, conciliación de la vida laboral y familiar, violencia de género, renta mínima de inserción, marginalidad y sobreendeudamiento, servicios sociales: atención a los mayores, menores y personas con discapacidad, ley de dependencia, seguridad ciudadana, ocio nocturno, educación de calidad, sanidad de calidad, sostenibilidad medioambiental, planificación urbana y espacios verdes, cambio climático y la contaminación atmosférica, la gestión de los residuos y del agua, el consumo, el transporte, las nuevas tecnologías... Frentes que, por otro lado, configuran una alternativa asequible para convertirse en una realidad en otro mundo posible.

Conclusiones


Por un lado, para Cañellas, A. J. C. (1988). Las A.A.V.V. deben abandonar las posturas de oposición y transformarlas en participación y lo justifica “(…) sin la participación no es posible la transformación de la sociedad y el cambio social; y aquí es donde reside justamente el sentido pedagógico de las A.A.V.V., ya que se trata, sin más, de que el ciudadano deje de ser residente para que se torne “miembro activo de su comunidad”. Se parte de la idea de que la solución de los problemas de forma colectiva, permite alcanzar mayores cotas de libertad por lo que, al mismo tiempo, se profundiza en el ejercicio de la práctica democrática desarrollándose entonces la formación y la consciencia cívica de cada miembro de la comunidad. Así pues, las A.A.V.V. es un contexto político de formación – y por ello pedagógico- de carácter socioeducativo de tipo informal.9"
Por contra Navarro, V. (2016) muestra otra perspectiva acerca del papel de las Asociaciones, en su búsqueda por un cambio social "No se puede intentar corregir las desigualdades sin alterar y cambiar las relaciones de propiedad del gran capital, dejándolo en manos privadas, es decir, en manos de la minoría –los súper ricos- que continuará ejerciendo un enorme poder, no solo económico, sino también político y mediático en cada una de estas sociedades."10
Depende, sin lugar a dudas, de donde se ponga el foco de actuación, quizás como pedagogos nos pondremos unos objetivos más relacionados con la educación.
Y desde la intención, como futura pedagoga, de acompañar de manera útil a estos colectivos de vecinos, desarrollo estas ideas que desgrana Cañellas sobre la necesidad de entender en primer lugar la necesidad de creer en las posibilidades de las A.A.V.V. como herramienta útil para el cambio social, tener conciencia de lo que se debe hacer y a qué interés representa, así como, conocimiento crítico del barrio y sus necesidades, ser capaz de clarificar los objetivos (siempre a corto y a medio plazo), definir las intenciones, valorar las tareas que se ha emprendido, tener consciencia de la necesidad de un trabajo continuo y en permanente cambio. Y es fundamental que la gestión de los proyectos se hagan con la participación de los vecinos, deben ser los ciudadanos los responsables de aquello que les afecte y es una parte esencial el comprender la importancia de preparar al ciudadano para llevar adelante la gestión.
Emociona ver los múltiples mecanismos de "lo posible" gracias a estos movimientos vecinales que descubren, más por acción que por aferrarse conscientemente a un marco teórico, el significado complejo de conceptos como convivencia, igualdad, colaboración, participación, intervención, compromiso, libertad. Desde 1970 hasta hoy han pasado cuarenta y seis años de Asociación 24 de Diciembre. Como vimos no están aquí por casualidad, ni porque haya sido fácil. No fue fácil. Y aquí siguen, haciendo otro mundo posible.



BIBLIOGRAFÍA


  • Anta, J., Chillón, T., Velasco, M. V., Pozo, M. D., Santos, J. L., & Valdivieso, J. E. og Valdiveso, R. (2010) Historia del barrio Belén.
  • Berriatúa San Sebastián, J. M. (1977). "Notas conceptuales de las asociaciones de vecinos como movimientos sociales urbanos". Revista Internacional de Sociología, 35(21), 7.
  • Cañellas, A. J. C. (1988). Pedagogía social y política. Pedagogía social: revista interuniversitaria, (3), 49-60.
  • Fravm (2013). Plan estratégico de la Fravm (2009-2012) http:avvmadrid.org/index.php/Areas-de-Trabajo/Plan-estrategico-de-la-FRAVM-2009-2012/Plan-estrategico-de-la-FRAVM-2009_2012. Revisado en enero 2016
  • Martí, J. B. (2012). El territorio como espacio de radicalización democrática. Una aproximación crítica a los procesos de participación ciudadana en las políticas urbanas de Madrid y Barcelona. Athenea digital, 12(1), 15-28.
  • Morell, C. G. (2011). Las Asociaciones de Vecinos versus el sistema: las trabas a la acción vecinal en la transición vallisoletana. In Nuevos horizontes del pasado: culturas políticas, identidades y formas de representación (p. 102).
  • Sáez, V. M. M. (2005). Movimientos sociales y educación popular en tiempos de globalización. Revista de educación, (338), 177-192.
  • Valero, A., & Antonio, J. (2003). La pedagogía crítica desde la perspectiva de los movimientos sociales.
  • Zibechi, R. (2005). La educación en los movimientos sociales. Programa de las Américas.

Webgrafía



Comments

Popular posts from this blog

Dunderbeck the Butcher

Theatre activity: The lonely goatherd

Taller Habilidades sociales