Aportaciones de MBE a la calidad de la educación.
“What's going on in there”
Lise Eliot Ph.D.
Aportaciones de MBE a la calidad de la educación.
INTRODUCCIÓN
Hace un tiempo asistí a una charla de Rosa Jové, (Lleida 1961, licenciada en Psicología por la UAB) quien comenzó su charla para hablar sobre el sueño infantil diciendo: “Somos una especie altricial, necesitamos el cuidado de otros para sobrevivir ”.
Volví a recordar a la autora, al leer acerca de la importante relación
que empieza a tener la neurociencia aplicada a la educación. Rosa Jové
explica qué sucede en el cerebro de los bebés a la hora de irse a
dormir, (se apaga la luz, se genera una situación de estrés, se activa
la amígdala, se segrega cortisol... el bebé llora) y cómo, en la medida
que ayudamos a calmar al niño y a crear un espacio de relax que sea la
antesala del momento de irse a dormir, ayudamos a que el niño se habitúe
a dormir en ese clima de relax en lugar de habituarse a un nivel
elevado de cortisol. Para un educador, comprender qué pasa en el cerebro
y cómo ese funcionamiento explica no solo la mayor parte de nuestro
comportamiento como especie, sino también cómo aprendemos, es sin duda
fascinante y útil. Pero a la hora de la verdad ¿es cierto que la triada
mente, cerebro y educación cambia tanto las cosas?
DESARROLLO
La
carrera hacia la calidad educativa está en boca de todos... aunque a la
hora de la verdad la brecha entre promesas y objetivos cumplidos es muy
amplia. Así lo recordaba Kishore
Singh, relator especial de la Organización de Naciones Unidas para el
Derecho a la Educación, en un artículo de El País de Diciembre 20141 “La educación no es uno más de los Objetivos del Milenio es el objetivo de los objetivos.
Apostar por una educación de calidad es el mejor método para luchar
contra la pobreza en el mundo y poner la base para que se puedan cumplir
los demás objetivos”. Solo recordemos que la mayoría de esos objetivos
no se han cumplido.
(Ortiz, 2013:11) en su libro Neurociencia y educación2
nos explica cómo la transición de la sociedad industrial a la de la
información y del saber, genera un aumento en las expectativas sobre el
papel que juega la educación tanto para el desarrollo integral de la
persona, como para su capacidad para contribuir al desarrollo económico y
en la cohesión social.
El
interés por el rendimiento y la calidad se ha convertido en el objetivo
de objetivos, tal y como expresaba el relator especial de la ONU, así
como también la proliferación de programas mundiales como PISA,
organizados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
(OCDE)
El experto en tecnología Alan Weber, citado por (Ortiz, 2013:14) subraya, por si aun quedaban dudas: “Los
fundamentos de la nueva economía no residen en la tecnología, el
microchip o en la red global de telecomunicaciones, sino en la mente
humana.”
Como
maestra de enseñanza primaria, no puedo evitar preguntarme ¿Qué está
pasando aquí? El gran potencial que se supone promete la educación se
transforma en la práctica, en una descomunal y aparatosa exigencia hacia
el profesorado que se encuentra en primera fila. Nos encontramos en el
día a día arropados por una ignorancia institucionalizada hacia la
investigación y recibiendo, por la espalda, los capones de las políticas
burocráticas que pretenden tapar el sol con la otra mano. ¿Debemos
aceptar el reto? ¿Podemos comprometernos a conocer e instaurar nuevas y
mejores maneras de acercarnos a nuestros alumnos y alumnas en un sistema
ya de por sí obsoleto?
Veamos
cuales son algunas de sus aportaciones. La neurociencia nos permite
entender como se produce el aprendizaje. Así, a partir de ahora diremos
que “el
aprendizaje se entiende en términos de modificación de la estructura y
funcionamiento neuronal con consecuencias para la capacidad adaptativa
del individuo en el medio físico y social en el que vive (Goswami, 2004; Koizumi, 2005)3” Citado por (Anaya, 2014: 76)
Algunos descubrimientos fundamentales según el profesor (Salas, 2003: 160) ¿La educación necesita realmente la neurociencia? Estudios pedagógicos, Nº 29.
- “El aprendizaje cambia la estructura del cerebro.
- Estos cambios alteran su organización funcional, es decir organizan y reorganizan el cerebro.
- Diferentes partes del cerebro pueden estar preparadas para aprender en tiempos diferentes.
- El cerebro es un orgánico dinámico moldeado por la experiencia.
- El desarrollo no es solamente biológico sino que también es un proceso activo.”
¿Qué aplicación tendría todo este conocimiento en la educación?
(Campos, 2002) selecciona algunas propuestas relacionadas a cómo aprende el cerebro:
La teoría de (Caine & Caine 1997; en Campos 2002: 11) enseña que el cerebro guarda ciertos principios que el educador debe considerar en su práctica educativa. De algunos de ellos resaltamos:
“Los desafíos estimulan el aprendizaje”
“El aprendizaje compromete tanto la atención focalizada como la periférica”
“Las emociones son esenciales para establecer patrones”
“El cerebro detecta patrones en la búsqueda de sentido”
“El cerebro y el cuerpo aprenden de forma integrada”
“El aprendizaje siempre implica procesos conscientes e inconscientes”
Campos
señala también como el cerebro aprende por diferentes vías y señala a
Gardner, H y su teoría, donde ya no hablamos de una sola inteligencia
sino de varias interconectadas entre sí. Conocer esta teoría nos
permitirá proponer diferentes actividades que atiendan a las diferentes
inteligencias.
Las inteligencias que reconocía Gardner son:
- I. Lingüística
- I. Lógico matemática
- I. Interpersonal
- I. Intrapersonal
- I. Cinético corporal
- I. Musical
- I. Espacial
- I. Naturalista
¿Qué necesitamos para pasar a la práctica estos conocimientos?
(Caine y Caine
1997; en Salas 2003) Sostienen que hay tres elementos interactivos que
salen de esos principios y que pueden aplicarse en el proceso de
enseñanza-aprendizaje:
- Crear experiencias complejas que sumerjan al estudiante en una experiencia educativa compleja.
- Fomentar el conocimiento de la fisiología del aprendizaje.
- Fomentar la capacidad de enfocar la atención, así como la de aprender del entorno periférico.
- Reconocer las etapas del desarrollo
- Reconocer el estilo individual
- Eliminar la tensión y el miedo, el entorno debe plantear desafíos.
- Reducir la amenaza, mejorar la auto-eficacia.
- Fomentar la interacción social.
- Fomentar la búsqueda de significado.
- Fomentar conexiones emocionales.
- Permitir que el alumno procese por sí mismo el aprendizaje
- Favorecer la habilidad de percibir las partes y el todo.
- Favorecer el procesamiento consciente e inconsciente.
- Desarrollar la capacidad para aprender a partir de memorizar hechos aislados.
(Purpose associates, 1998-2001; en Salas 2003) Explica como esta teoría implica el cambio en el paradigma en tres aspectos fundamentales:
Curriculum: Hay que diseñar los aprendizajes en función de los intereses de los alumnos. Y hacer un aprendizaje contextual.
Enseñanza:
Hay que permitir a los alumnos que trabajen en grupos y utilicen el
aprendizaje periférico. Estructurar el aprendizaje con problemas reales,
con el fin de aprender también fuera del entorno escolar.
Evaluación: ya que los estudiantes están aprendiendo, la evaluación debe ayudarles a conocer su propio estilo de aprendizaje.
En definitiva, fomentar que los estudiantes tengan experiencias apropiadas y saquen provecho de esas experiencias.
CONCLUSIONES:
Gracias
a la neurociencia sabemos que nuestro cerebro está
continuamente interactuando con el entorno, creando o destruyendo
sinapsis entre neuronas, aprendiendo todo el tiempo, es
innato. Sabemos cómo hacer más efectivo este aprendizaje, conocemos los
mecanismos que nos permiten recordar, centrar nuestra atención,
percibir... Entendemos que es más relevante enseñar los cómo que los qué
y conocemos las maneras de ayudar a aquellos que tienen más
dificultades, sabemos como mantener en forma nuestro cerebro y podemos
llevar a cabo programas de estimulación específicos. Sin ninguna duda la
neurociencia enriquece el proceso de enseñanza-aprendizaje. La
escuela más tradicional, centrada en el maestro, en el saber no crítico
sino enciclopédico y al alumnado pasivo ha sido desbancada también por
la neurociencia.
El profesor Salas se pregunta:“¿Podemos
continuar haciendo lo que hacemos cuando se sabe fehacientemente que el
sistema actual escolar es abiertamente atentatorio contra el cerebro?
¿Podemos seguir priorizando en el currículo escolar el contenido,
tratando de llenar los cerebros de nuestros alumnos con información
(input) y obtener el correspondiente output en los tests
o pruebas, cuando se sabe que la información prolifera a un ritmo
geométrico y que sería necesario que los estudiantes estuvieran cuarenta
años en la escuela para adquirir el "conocimiento esencial" necesario?”
(Salas, 2003: 25)
Este
es sin duda el reto, una vez sabido que se esconde ahí arriba,
trasladarlo al uso cotidiano, lo que, con los recursos apropiados,
podría significar el cambio necesario que esta pidiendo a gritos la
educación actual.
BIBLIOGRAFIA
Webgrafia
- García de la Riva. A. (2-12-2014) “La enseñanaza primaria universal no es suficiente. Y ni siquiera se cumple” Artículo periódico El Pais http://elpais.com/elpais/2014/12/01/planeta_futuro/1417450255_908162.html Recuperado el martes 18 de marzo del 2014
- Campos, A. (2002) “Desarrollo, neurociencia y educación”. En el encuentro internacional de educación inicial y preescolar. Familia neuroeducación y modelos pedagógicos. Recuperado el martes 18 de marzo del 2014. http://www.cendi.org/interiores/encuentro2002/arch/p_campos.htm
Libros
- Anaya, D. (2014). Bases del aprendizaje y educación. Madrid: Sanz y Torres
- Ortiz, T. (2013). Neurociencia y educación. Madrid: Alianza editorial
Revistas
- Salas. R. (2003) ¿La educación necesita realmente la neurociencia? Estudios pedagógicos, Nº 29, pp155-171. http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=173514130011
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